lunes, 6 de agosto de 2018

Beneficios de la danza oriental

La danza del vientre, también conocida como danza oriental o raqs sharqi en sus países de origen, es un completo ejercicio que se caracteriza por poner en movimiento principalmente los músculos y articulaciones de la cadera y el tronco.
Llevo más de quince años dedicada a la docencia y al estudio de la danza oriental y a lo largo de este tiempo he podido observar cómo cientos de mujeres se han beneficiado de su práctica a nivel físico y mental. Yo misma, que al comenzar a bailar no tenía ninguna expectativa más allá de pasar un rato entretenido y hacer un poco de ejercicio, me vi sorprendida por la cantidad de beneficios que obtenía al practicar danza del vientre y por eso digo de este baile que es una danza sanadora y de vida.
En esta entrada quiero compartir con vosotras algunos de los cambios positivos que he experimentado en mi misma y los que también he observado en mis alumnas.

María en "El Pintor de Oriente" 
Fotografía: Miguel Ángel García.

A nivel físico:

1. Corrección de la postura corporal. Las cargas y presiones de la vida cotidiana hacen que las mujeres aumenten su lordosis lumbar y cervical, relatando en muchas ocasiones dolores crónicos de espalda, mareos y contracturas. Tras las primeras clases, las alumnas son más conscientes de la correcta alineación de la columna, expanden su caja torácica, muchas veces plegada hacia adentro, y aprenden a relajar hombros y cuello.

2. Mejora de la coordinación. La danza oriental es un baile que pone en movimiento diferentes capas corporales a velocidades distintas. Eso significa que en un momento determinado puedes estar moviendo manos, pies, tronco y cadera a la vez y a distinto ritmo. Esto indudablemente es un reto para el cerebro y una conquista corporal que al principio parece imposible conseguir pero que con la ayuda de una buena profesora lograrás en relativo poco tiempo. 

3. Mejora de la elasticidad. Me gusta decir que la danza oriental es un baile de dentro hacia afuera. Los movimientos tradicionales como ochos, camellos o círculos nacen desde nuestro eje corporal y se prolongan hasta donde la elasticidad de nuestro cuerpo les permite de forma saludable, fortaleciendo y tonificando la musculatura. Como se trabaja desde la más profunda conciencia corporal, cada paso es un beneficioso masaje para nuestros músculos y articulaciones.

4. La práctica de la danza oriental supone incalculables beneficios durante la vida fértil de la mujer. Los movimientos de contracción y relajación de la musculatura pélvica y el control de la musculatura hipopresiva ayudan a mitigar o a eliminar los dolores de la menstruación y preparan a la mujer embarazada para el parto y el posparto. Después, llegada la menopausia, la buena salud del suelo pélvico evitará los molestos problemas de incontinencia, sequedad vaginal y estreñimiento típicos durante el climaterio. Es, además, la danza es una poderosa aliada contra la osteoporosis. Por todos estos beneficios, es recomendada por muchos médicos y terapeutas en distintas etapas de la vida.
"El pintor de Oriente" por Sahra Ardah. Foto: M.A. García.
A nivel psicológico:

1. Mejora de la autoestima. En esta sociedad llena de clichés y modelos a seguir, la mujer se ve expuesta a todo tipo de presiones para convertirse en lo que no es a nivel físico y conductual. Quizás porque la danza oriental no clasifica a las mujeres por talla o edad, porque las pone frente al espejo para verse a sí mismas como lo que realmente son: seres femeninos, coquetos y bellos, pronto se puede observar en las bailarinas una mayor confianza y aceptación de su yo. El poder del grupo opera también en este sentido. Las compañeras tejen pronto un círculo fiel donde compartir confidencias, vivencias, secretos y experiencias altamente positivo.

2. Genera sensación de felicidad y bienestar. La danza del vientre promueve la estimulación y liberación endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad. Esto sumando al poderoso poder terapéutico y liberador de la música ha hecho que muchas mujeres que estaban pasando duros momentos personales o que por motivos varios se encontraban deprimidas, me hayan hablado del poder positivo de su clase de danza en el día. Para ellas era su momento de liberación y de paz interior. No hacía falta que me lo contasen. Eran unas al empezar y distintas al acabar la sesión.

Por todos estos motivos recomiendo enormemente a las mujeres su práctica. Si vives en Madrid y quieres probar una de nuestras clases, aquí tienes nuestra web donde podrás acceder a mucha información y estar al día de todas  nuestras novedades.

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